
Su conversación, directa y entrañable, dio pie a un buen número de preguntas sobre su profesión y sobre su obra María y yo, conocida por nuestros muchachos, en la que introduce al lector joven en el mundo del autismo.
A través de testimonios como el suyo, todos nos hacemos más conscientes de las dificultades de integración que la sociedad pone a los discapacitados: la sinceridad con la que nos presentó su vida y la de su hija nos ha hecho a todos un poco más maduros, un poco más humanos, un poco más reflexivos... Vale la pena leerlo... y ha sido un gran premio poder escucharlo.
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