-¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad.
-No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti.
-Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de Dios.
-No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a de veras. Y yo ya no quiero volver allá
-Anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues.
-No. No tengo ganas de eso, yo soy tu hijo. Y si voy mucho con ellos, acabarán por saber quién soy y les dará por afusilarme a mí también. Es mejor dejar las cosas de este tamaño.
-Anda, Justino. Diles que tengan tantita lástima de mí. Nomás eso diles.
He aquí el comienzo del excelente relato de Juan Rulfo ¡ Diles que no me maten !; el pasado viernes, 16 de enero, tres alumnas de 4º ESO, dramatizaron, con admirable acento mejicano,para todos sus compañeros de curso, este desgarrado texto en el que Juvencio Nava paga con su vida el asesinato de don Guadalupe Terreros, al que que mató treinta y cinco años antes: violencia que engendra violencia. Nada nuevo, pero un buen motivo para reflexionar acerca de lo absurdo y deshumanizado de los comportamientos criminales. Y junto al contenido, que no tiene desperdicio, la literatura en estado puro. Releedlo, si tenéis oportunidad: merece la pena.
Enlace: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/rulfo/diles.htm
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