Es la escritora más leida en español, la más traducida despues de La Biblia.
En sus entrevistas siempre se presentó como una mujer sencilla. Tampoco se consideró una superdotada. A los 82 años y con cuarenta años escribiendo para “Vanidades” seguía provocando furor editorial. Muchas de sus historias han ingresado al mercado revistero de China que tiene 2 mil 800 millones de habitantes y en donde sus personaje se adaptan a la occidentalización de Asia. Alguna vez la criticaron por presentar mundos fáciles en los que las humildes secretarias acaban convertidas en cenicientas que despiertan en palacios, disponen de grandes coches y mucho lujo. Pero esas son simples circunstancias. La realidad, muchas veces, desborda a la propia ficción.
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