Sus relatos tuvieron una importancia decisiva en el fomento de la lectura. Su éxito en América acompañó el renacer de los boleros de Los Panchos, tantas veces satirizados, despreciados y dados por muertos mil y un veces. Las lectoras de Corín eran también admiradoras de esos tríos inolvidables que junto a la vibración de las guitarras y el lirismo de voces quejosas y arrastradas conmovían a las tías solteronas y colegialas que leían a hurtadillas sus historias. La pasión loca desatada por Corín resultaba más espiritual que sexual y las fantasías románticas se manifiestan con un carácter platónico. Su primera novela llegó a la imprenta el 12 de octubre de 1946. Desde entonces no paró de escribir y poco antes de morir sus textos sumaban kilómetros en Internet.
Ningún comentario:
Publicar un comentario