21/05/10

!Qué país!



«Argumentan que se han ofendido, pero ellos me ofenden todos los días», contesta el músico
«Yo que siento por Jesús repelús», canta Javier Krahe en una de sus canciones de rima incontestable y chispa coloquial, vuelo lírico de caída libre y guiño cultista en vena. En el remoto 1978, su anticlericalismo adoptó la forma de un cortometraje dirigido al alimón con Enrique Seseña. 'Cómo cocinar un Cristo' era una receta blasfema y zumbona. «Calcúlese un Cristo, ya macilento, para cada dos personas», aconseja el narrador. «Se desencostra con agua fría y los estigmas pueden echarse con tocino». Tras untar el crucifijo con mantequilla, «se deja en el horno tres días, al cabo de los cuales sale completamente solo».
En 2004, el ya desaparecido programa 'Lo + Plus' emitió unas imágenes del corto mientras entrevistaba al cantautor. La plataforma Hazte Oír promovió una denuncia por escarnio de las creencias religiosas, que finalmente interpuso el Centro Jurídico Tomás Moro. Según se puede leer en su página web, esta asociación tiene como fines «la defensa de la dignidad de la persona, de la familia y de los derechos humanos y, en especial, la protección del derecho a la vida del nasciturus y del embrión humano».
Seis años después, un juzgado de Colmenar Viejo ha acordado la apertura de un juicio oral contra Krahe y la productora del programa por un delito contra los sentimientos religiosos, tipificado en el artículo 525 del Código Penal. El auto especifica el pago de una fianza: 192.000 euros en el caso del músico y 144.000 para Montserrat Fernández Villa. El Centro Tomás Moro, que recurrió hace tres años el sobreseimiento de la causa, muestra su satisfacción por lo que considera «un triunfo en defensa de la libertad religiosa». Y resalta que es la primera vez que se aplica en España el artículo 525 del Código Penal.
La pena máxima
El ex miembro de La Mandrágora se mostraba ayer perplejo y recordaba que el juicio todavía no tiene fecha. «Esas cifras de las que hablan son multas que me piden, pero primero me tienen que condenar, cosa que mi abogado cree improbable». Su cortometraje se concibió «antes de que existiera la Constitución». No pasó la censura, aunque mantiene intacta su carga antirreligiosa, a tenor de la repercusión ocasionada por su pase en televisión hace seis años. «No sabe lo que me han llegado a decir. Argumentan que se han ofendido, pero ellos me ofenden todos los días». Krahe resalta que él no ha difundido el vídeo. «Han pedido la pena máxima. Para los que entienden la religión así, se ve que su Dios necesita dinero».

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