El síndrome pseudobulbar se ha identificado en uno de los personajes de una obra clásica de la literatura española, Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. En este poema en prosa, se puede apreciar que Darbón, el "médico" de Platero, padece los síntomas de un síndrome pseudobulbar típico; disartria -Cuando habla, le faltan notas, cual a los pianos viejos; otras veces, en lugar de palabra, le sale un escape de aire…-; disfagia y dificultad para la masticación que parece exceder la propia de una boca edéntula -de quejumbres de garganta y salivas en el pañuelo…-, -Hace una bola y ¡a la boca roja! Allí la tiene, revolviéndola, una hora…-; e incontinencia emocional con llanto y risa patológicos -Y si ve una flor o un pajarillo, se ríe de pronto, abriendo toda su boca, con una gran risa sostenida, cuya velocidad y duración él no puede regular, y que acaba siempre en llanto…-. Quizá también se asocie cierto grado de deterioro cognoscitivo -Cuenta, según él, tres duros de edad…-, -de manotadas ponderativas, de vacilaciones chochas…
El retrato que el poeta hace de la decrepitud de un entrañable personaje, Darbón, el "médico" de Platero, bien pudiera formar parte, salvando las distancias estilísticas, de un texto de neurología.
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